¿Tenía el Reino de Italia sistema criptográfico propio?
Influenciada por la propaganda de posguerra o por el inusitado protagonismo de la máquina Enigma la respuesta a esa pregunta suele ser que no, que Italia no contaba con máquinas y que protegía sus mensajes secretos encriptándolos con libros de códigos o, a lo sumo, con Escítalas espartanas (ver nota al final).
Pero, tal y como sucedió en otras áreas, Italia tenía la experticia técnica suficiente para fabricar su propia máquina cifradora equivalente a las de los demás países involucrados en el conflicto.
La OMI Alpha era una máquina de cifrado por rotores, creada por la compañía Ottico Meccanica Italiana, con sede en Roma. Tenía cinco ruedas interconectadas electromecánicamente, una de las grandes características de este tipo de tecnología ya que con cada golpe de tecla los discos de la Alpha se reconfiguraban en cascada a sí mismos, incrementando exponencialmente el número de permutaciones, asunto que complicaba el trabajo a los descifradores enemigos. Esta tecnología era la misma usada en la alemana Enigma, la británica Tipex, la americana Sigfoy o la suiza Nema.
Las diferencias entre la Alpha y la Enigma eran que la italiana tenía un rotor más y estaba motorizada, características que hacían su cifrado más complejo y su operación más rápida. Estos artefactos fueron la salvación para la compañía OMI que pasaba por horas bajas antes de la guerra. Sus Alphas fueron distribuidas tanto en el Regio Esercito como en la Regia Marina y la Regia Aeronáutica.
Para cifrado táctico a bordo de sus navíos la Regia Marina empleaba la Hagelin C-38, una máquina mecánica portátil fabricada en Suecia que tenía la peculiaridad de ser…
¡Usada por ambos bandos!

Hagelin C-38
En 1935 Boris Hagelin ofreció a la Marina italiana la versión anterior -la C-35- que no fue aceptada por los peritos navales. Su suerte cambió cuatro años más tarde cuando la nueva versión fue aceptada por Roma, que la puso en servicio a bordo de sus naves en 1940. El problema del probable descifrado de los mensajes debido a la amplia distribución de la C-38 no tenía tanta importancia en el plano táctico, donde la inmediatez de las acciones dejaba sin efecto su descifrado debido a la tardanza propia de ese complejo proceso.
La destrucción tras el armisticio del 8 de septiembre de 1943 de todos los archivos de oficinas como el Servizio de Informazioni Segrete –el servicio de espionaje de la Regia Marina- ha contribuido a mantener viva la creencia de que las Fuerzas Armadas del Reino de Italia solo usaba libros de códigos para proteger la confidencialidad de sus mensajes, un mito desmentido por máquinas como la OMI-Alpha o la C-38.
Nota: La Escítala espartana fue el primer instrumento criptográfico de la humanidad, usado en varias ciudades griegas hacia el siglo V a.C. El cifrado se realizaba escribiendo el mensaje sobre la superficie de un palo que tenía una cinta de cuero enrollada. Al desenrollar la cinta el mensaje se disgregaba, quedando ilegible. El descifrado se producía enrollando la tira alrededor de otro palo que, para poder transformar el galimatías en un mensaje legible, debía tener el mismo diámetro. Ese dato, el grosor del basón, era la clave.