La conquista de Francia por parte de la Alemania nazi generó, después de unos meses de shock inicial, generó un movimiento subrepticio que se opuso tanto a los invasores extranjeros, como a aquellos franceses que los ayudaron.
Con velocidad asombrosa el gobierno presidido por el Mariscal Petáin se puso al servicio de Hitler y, para asombro del ciudadano de a pie, con un gran entusiasmo.
Más pronto que tarde, grupos de ciudadanos se organizaron para oponerse a la situación. Las primeras manifestaciones ocurrieron en el campo de las ideas y de la información, con la publicación de periódicos clandestinos. Posteriormente se formaron redes de recolección de información de inteligencia y rescate de pilotos derribados. Las acciones armadas violentas llegaron en último lugar, con sabotajes, asesinatos de altos oficiales alemanes y colaboracionistas y ataques a puestos de comando y comunicaciones.
Para contrarrestar la fuerza creciente de la resistencia el Gobierno de Vichy creó dos cuerpos represivos: La Milicia y las Compañías Republicanas de Seguridad. La primera de ellas fueron un cuerpo paramilitar de marcado carácter fascista, compuesto por 35.000 miembros, y como ellos mismos decían, con visión antirrepublicana, antisemita, anticomunista, anticapitalista, nacionalista y autoritaria. En la práctica fueron un cuerpo muy cruel con sus conciudadanos, que operó con tácticas de la SS y de la Gestapo.
Los Grupos Móviles de Reserva fueron un cuerpo destinado al control de multitudes, creado en las postrimerías del régimen de Vichy y que …¡AÚN EXISTE!
Sí, aunque parezca mentira, aún existen. Obviamente fueron reestructurados después de la guerra, pero siguen existiendo bajo el nombre de Compañías Republicanas de Seguridad, o Policía Antidisturbios. Ese cuerpo policial, que vemos en el control de las multitudes, es una herencia directa de la invasión alemana de Francia durante la Segunda Guerra Mundial.