Tal y como dijimos en nuestra miniserie dedicada a el «Ejercicio bianual de Cooperación Naval y Guiado de Tráfico Mercante MNEX 2022» el ver a la Fuerza de Guerra Naval Especial en acción y, también, visitar las instalaciones de la empresa Offshore Special Services (OSS) nos hizo rememorar a la Décima Flotilla MAS.
¿Por qué Zafarrancho Pódcast estuvo en esas maniobras? Porque la Armada nos invitó a presenciarlas. Nuestro testimonio quedó plasmado en una serie de cuatro episodios, disponibles para su escucha y/o descarga gratuita al final de esta reseña.
El primer déjà vu ocurrió cuando los vimos tomar por asalto un inmenso mercante fondeado en mar abierto, frente a Cartagena. El abordaje ocurrió a medianoche, una maniobra que se complicó por el terrible mar de fondo que azotaba el francobordo del buque, contratiempo que los entrenadísimos operativos espeñoles sortearon sin contratiempos. Encontraréis los detalles en nuestro audiodrone beta (enlace AQUÍ).
Este acercamiento a un buque mercante de los operativos de la FGNE (no hay fotos porque estaba prohibido hacerlas) nos recordó las acciones de los uomini Gamma, los nadadores saboteadores italianos que sembraron el terror entre los buques fondeados en la Bahía de Algeciras.
El segundo déjà vu lo experimentamos cuando recorrimos la Base Mazarrón, una de las instalaciones de la empresa Offshore Special Services entre cuyos servicios está la de entrenar a personas cuyo trabajo los haga coquetear con el peligro, en particular en ambientes navales. Estas sesiones de entrenamiento también incluyen operaciones militares (artículo de prensa AQUÍ). En nuestro audiodrone beta podréis escuchar un recorrido sonoro a esas instalaciones, de la voz de Yacqueline Lobera, una de sus instructoras. Esta escuela nos hizo recordar la base secreta de entrenamiento de Boca di Serchio, situada en un coto privado de caza, muy cerca de la desembocadura del río omónimo.
El último déjà vu fue triple. Sobrevino cuando cenábamos junto a los directivos de la OSS en la Bodega Molina, un restaurante de la costa murciana. Hablar del Kraka -la revolucionaria embarcación para operadores de Fuerzas Especiales- nos trajo a la memoria las visitas que los incursores de Boca di Serchio realizaban a la Trattoría Buonamico, de Viareggio. Tanto ellos a principios de los 40, como nosotros a principios de los 20 (de este siglo), hablábamos de medios subrepticios. Los italianos de maiales. Nosotros de krakas. Este déjà vu me conectó con otro recuerdo cercano, mi visita -junto a compañeros oficiales de la marina militar italiana- a la Trattoría Buonamico, donde cenamos en septiembre de este mismo año. Cuando recibieron un ejemplar firmado de nuestro ensayo -en el que se menciona al Buonamico- quedaron tan contentos que lo publicaron en Instagram (enlace AQUÍ).
Los audios de la Miniserie «Juegos de guerra en Cartagena MNEX 22» – Zafarrancho Pódcast son:
Para los entendidos en asuntos militares las imágenes de la carga dronenaval ucraniana contra Sebastopol evoca recuerdos. Algunos lejanos como el de un escuadrón de caballería gaucha atacando -en el mar- a una fragata de la Royal Navy (enlace AQUÍ) y otro más cercano, muy nombrado en las redes sociales el día de hoy: el ataque contra el apostadero naval británico de la bahía de Suda, conocido en Italia como L´impresa di Suda (la gesta de Suda). Este famoso raid de guerrilla naval fue protagonizado por la Décima Flotilla MAS, el especializadísimo grupo organizado por la Regia Marina italiana para contrastar a la todopoderosa Mediterranean Fleet británica.
En este artículo meditaremos sobre el asunto, tanto de lo ocurrido en Sebastopol como en lo relativo a su relación con los equipos y las acciones de la Décima Flotilla MAS.
Antes de comenzar es menester indicar que la casualidad quiso que hace menos de dos meses quien suscribe conversara con el comandante del COFS italiano justo al lado de un barchino explosivo, en el Museo Naval de La Spezia (COFS es el Comando unificado de las Fuerzas Especiales italianas). El barchino explosivo es la barca gris de la imagen que acompaña este párrafo, la misma en la que muchos piensan desde que una misteriosa lancha autónoma fuera descubierta en la costa de la península de Crimea.
LA HISTORIA
Siendo esto Zafarrancho Pódcast es imposible no tratar de remontarnos lo más posible en el pasado. Siguiendo el hilo de pensamiento del profesor Javier Jordán en Cosas Militares (enlace AQUÍ), una lancha-bomba lanzada contra un barco, ¿es una invención o una emulación de una idea previa?
Queriendo ser estrictos, ni siquiera las lanchas explosivas italianas de la Segunda Guerra Mundial fueron una invención. Si bien las MT -como también se les llamaba- dejaron atónitos a todos los ejércitos de mediados de los cuarenta, un barchino explosivo no era sino la versión perfeccionada del antiquísimo brulote, embarcaciones incendiarias y/o explosivas enviadas contra barcos enemigos siguiendo el curso de los vientos o de las corrientes. Existen usos registrados de brulotes en la Guerra del Peloponeso, en el siglo V a. C.
Lo que es innegable es que el salto tecnológico entre un brulote y una lancha explosiva italiana es tan grande, que no tiene sentido que un especialista en estos temas como H. I. Sutton los incluyera en el cuadro comparativo que publicó hace pocas semanas. Es más, Sutton indica que los italianos fueron quienes desarrollaron el concepto (Italy is rightly seen as the originator of the concept). Razón no le falta porque, siempre comparados con los brulotes, la MT eliminó el rol pasivo del barco-bomba, dando al arma la capacidad de ser guiada hasta el blanco.
LANCHA MT VS. DRONE UCRANIANO
Centrándonos en el aparato ucraniano, analicemos sus similitudes y diferencias con su antecesor moderno: la lancha MT o barchino explosivo.
1. Raíces recreacionales. Impelidos por la obligación de contrarrestar a un enemigo poderoso en un contexto de escasez de recursos, los constructores de lanchas-bomba recurren al material existente, siempre proveniente del sector turístico. De hecho el acrónimo MT indica Motobarca di turismo ya que en realidad los prototipos fueron lanchas de recreo reconvertidas. Si bien la embarcación ucraniana parece haber sido construida ad hoc, su pie propulsor proviene del jet ski canadiense Sea Doo. Las lanchas tamiles y hutíes del cuadro comparativo de H. I. Sutton también eran modelos recreacionales modificados
2. Capacidades marineras. Circunscritas en su contexto, tanto la italiana como la ucraniana son embarcaciones velocísimas. Los prototipos italianos alcanzaron 32,4 nudos, velocidad que mejoró cuando se optó por instalar un motor Alfa Romeo de 6 cilindros, 2.500 cc y 90 hp. Se piensa que la ucraniana esté motorizada también a gasolina, como ciertos modelos de pontones a chorro de agua Sea Doo, De ser así las lanchas-bomba ucranianas podrían superar con creces los 50 nudos, es decir, que viajan tan rápido como un torpedo.
Las altas velocidades de este tipo de embarcaciones limitan su maniobrabilidad. Aunque el pie propulsor italiano giraba dieciocho grados a cada banda, podía ser elevado manualmente por el piloto, característica que le permitía a la embarcación pasar por encima de los cables o cadenas que bloqueaban los puertos enemigos. El casco de la ucraniana es aún más liso que el italiano, sin protuberancia alguna bajo él. La autonomía de una MT era de tres horas a treinta nudos. La de la ucraniana se desconoce pero, tomando en cuenta que no pueden ser dejadas muy cerca de Sebastopol, necesitarán navegar varias horas para alcanzar el campo de batalla.
3. Capacidad ofensiva. En esta característica fundamental es donde encontramos más diferencias, dictadas por la táctica de ataque empleada por la Décima Flotilla MAS y por el Septuagésimo tercer Comando de Operaciones Navales ucraniano (73rd Marine Special Operations Centre llamado anteriormente 73rd Marine Spetsnaz Detachment).
La doctrina para el uso de las MT se basaba en el sigilo. Los ataques pivotaban en torno a la sorpresa absoluta. Las lanchas debían ser llevadas por una nave nodriza y posadas al borde del campo de detección del enemigo. Los barchini esplosivi debían proseguir a baja velocidad (y por tanto con poco ruido) hasta las adyacencias del puerto a atacar. Una vez allí debían superar, con lentitud y silencio, tanto las obstrucciones como la vigilancia. Una vez dentro del puerto, las lanchas eran lanzadas a máxima velocidad contra los barcos anclados en la rada o atracados en los muelles. Los pilotos abandonaban sus embarcaciones a último momento, una vez estaban seguros de que su lancha se estrellaría contra el blanco (más detalles en nuestro ensayo Los Raids de la Décima Flotilla MAS, disponible AQUÍ).
Mas ahí no finalizaba el ataque. El impacto activaba un mecanismo que partía la lancha en dos. La mitad proel, aquella que tenía la cabeza de guerra, se hundía. Una vez alcanzada una profundidad preprogramada de antemano, un detonador presostático desencadenaba la explosión.
La doctrina para el uso de los drones navales ucranianos se basa en la disuasión. Kiev ha fundamentado su estrategia naval en negarle el uso del Mar Negro a Moscú. De una manera u otra Ucrania le ha hecho saber a Rusia de que dispone de un arma pequeña y barata capaz de malograr sus valiosos y mastodónticos buques de guerra. Tan bien le ha salido la jugada que el medio centenar de barcos de la Flota del Mar Negro ha pasado los últimos meses refugiada en puerto. Solo la destrucción parcial del Puente de Crimea reactivó los zarpes.
El sistema destructor de estas embarcaciones es mucho más simple que el de una MT ya que consta del viejo y simple detonador de contacto unido a la carga explosiva. El análisis de la primera fotografía conocida indica -según H. I. Sutton- que las dos protuberancias de la roda son espoletas de contacto extraídas a bombas aéreas soviéticas FAB-500, aún presentes en sus arsenales.
Antes de comparar el ataque de ayer con los efectuados por la Décima Flotilla MAS, quisiéramos responder a la siguiente pregunta: ¿por qué el sistema destructivo de las lanchas ucranianas es menos potente y menos elaborado que el italiano?, ¿no es acaso un retroceso tecnológico?
En lo absoluto, porque los blancos a abatir son muy distintos. Si bien barcos grandes y bien artillados, a diferencia de las naves rusas de hoy día, las de las Royal Navy tenían cascos blindados, algunas con, inclusive, cilindros antitorpedo como los acorazados de la clase Queen Elizabeth, una defensa pasiva encargada de aminorar la potencia destructiva de una explosión en los costados del casco. El sistema italiano estaba diseñado para hacer detonar la bomba lo más cerca posible de la quilla, allí donde no llegaba el blindaje.
La lancha ucraniana no tiene que lidiar con esas antiguas corazas. Los cascos de los buques de finales del siglo XX y principios del XXI prescindieron del blindaje en aras de la velocidad, la maniobrabilidad y la autonomía. De esto deriva otra importante diferencia: los italianos se veían obligados a atacar blancos inmóviles. Un buque en movimiento dejaría la carga atrás, explotando en su estela. A los drones ucranianos les basta con estrellarse contra el casco, eso sí, al estilo de un torpedo, es decir, lo más perpendicular posible, algo nada fácil de lograr en batalla.
De ahí la gran diferencia de tamaño. La MT llevaba un barril explosivo de 300 kg.
LA BATALLA
La comparación más popular del ataque ucraniano con aquellos de la Décima Flotilla MAS es el que mencionamos al inicio de esta reseña: el raid de la bahía de Suda. Es comprensible porque, amén de ser el único ataque exitoso de las MT, la perfección, osadía y bravura con el que fue ejecutado lo catapultó a la inmortalidad.
Pero el estudio de las imágenes del ataque ucraniano del último fin de semana de octubre de 2022 nos convenció de que tuvo más parecido con otro ataque de la Décima Flotilla MAS, uno trágico y fallido: el ataque a La Valetta, en Malta, realizado al amanecer del 26 de julio de 1941.
El éxito obtenido en la bahía de Suda tres meses antes obnubiló el entendimiento de los mandos de la Flotilla. Presionados por un régimen ávido de sumar una gran victoria al largo rosario de derrotas en el mar, los incursores italianos urdieron un ataque masivo, muy parecido en magnitud al lanzado por los ucranianos. El ataque ha sido narrado por quien suscribe como invitado en varios programas entre ellos Motor y al Aire y Bellumartis Historia Militar (enlaces AQUÍ y AQUÍ). También en el ensayo mencionado antes (enlace AQUÍ). El balance de la Operación Malta 2 fue desastroso. A la destrucción de nueve MT, dos torpedos tripulados, una lancha de apoyo y dos cazas Macchi 200 se agregó la captura por parte británica de dos lanchas de apoyo, una con la documentación de la misión a bordo. De las treinta y cuatro bajas diecisiete cayeron prisioneros y diecisiete fallecieron. Solo once atacantes pudieron regresar a Italia. De los dos pilotos de Macchi 200 derribados, uno murió y otro cayó prisionero.
Aunque espectaculares, las imágenes del ataque ucraniano no dejan entrever un éxito contundente. De los nueve drones aéreos y siete navales lanzados contra Sebastopol muchos parecen haber sido neutralizados aunque da la impresión de que al menos un gran barco haya sido alcanzado en alta mar a pesar de navegar a una velocidad considerable (minuto 1:20 del siguiente vídeo).
La consecuencia concreta del ataque fue la paralización del acuerdo entre Kiev y Moscú para exportar grano ucraniano a través del Bósforo. Esto agravará la ya delicada economía mundial.
Concluiremos con una pregunta:
Si, en la práctica, la Flota del Mar Negro estaba confinada en Sebastopol, ¿era necesario este ataque?
No sabemos la respuesta, puede que Kiev tuviera información que la obligara a tomar una decisión con tan graves consecuencias para millones de personas a lo largo y ancho del mundo.
¡Una serie sobre incursores de la Xª MAS! Un sueño hecho realidad
Entre la interminable lista de éxitos atribuibles a la novela «El italiano» de Arturo Pérez-Reverte está el haber expuesto la, hasta ese momento, discreta legión de seguidores que la Décima Flotilla MAS tiene en España.
La palabra legión no está escogida al azar. Si bien no es masivo, el número de fanáticos españoles de los incursores de la Regia Marina no es baladí. Los hay de todo tipo, desde aquellos que tras conocer sus hazañas solo los mantienen en su memoria, hasta vedaderos especialistas que, sin publicar en ninguna red social o editorial, se han dado a la tarea de estudiar sus acciones por puro placer. El pasado noviembre tuve la dicha de interactuar con muchos de ellos durante las «Primeras Jornadas de Historia y Literatura», organizadas por el Ayuntamiento de San Roque de Cádiz. Fue allí, en el marco de la charla que impartí sobre las acciones de la Xma en el Campo de Gibraltar, que pude conocer y estrechar lazos con tantos conocedores de la materia.
Desde ayer todos los seguidores de la Décima Flotilla MAS estamos de parabienes porque don Arturo anunció en RR. SS. que había firmado un contrato cediendo los derechos audiovisuales de su novela a una productora interesada en convertir «El italiano» en serie de televisión.
¿Cuántas veces hemos escuchado aquí en España eso de «los americanos ya habrían hecho una película»?
Pues esta vez no ocurrirá. El magnífico libro «made in Spain» de Pérez-Reverte se convertirá en serie… ¡Sin que Hollywood participe! Eso, queridos lectores, es toda una bendición.
He aquí un par de incursores de la US Navy batiéndose a tiro limpio con el enemigo… ¡Dios nos libre de ver eso en la pantalla!
Es aquí que debemos aclarar porqué este artículo comienza con la palabra «perturbación».
Entre ayer y hoy hemos recibido varios correos o privados de redes sociales en los que, aparte de darnos la noticia, los remitentes expresan sus dudas sobre el futuro apego a la realidad de la serie. Esta misma inquietud también ha sido hecha pública por muchos internautas en foros o hilos de Twitter.
«Felicidades, don Arturo. Estaremos los de la Xa esperando con ansia, aunque ya sabemos lo que suele pasar con sus obras cuando se llevan a la pantalla.»
Las preocupaciones son de dos tipos: los que desean que la serie sea fiel reflejo de la trama de la novela y los que estarán ojo avizor a los detalles técnicos de las operaciones. Los mensajes que he recibido se refieren al segundo tipo.
Os propongo algo, queridos lectores, reflexionar juntos a medida que avanzamos.
En primer lugar debemos tener algo presente. Aunque nunca conoceremos las cláusulas del contrato que firmó don Arturo, es norma general en esa industria que una vez el autor cede los derechos, la productora puede hacer lo que le plazca con la obra, desde plasmarla al dedillo, tal y como fue escrita, hasta usar la idea principal como punto de partida y rehacerla de cabo a rabo.
¿Qué sucederá en este caso? No lo sabemos, pero contamos con varios indicios que pueden tranquilizarnos porque:
Don Arturo Pérez-Reverte no es ningún advenedizo en estos menesteres. Tal y como ha dicho en entrevistas, hay adaptaciones de sus obras que lo han dejado satisfecho y otras que no, ergo, sabe qué hacer en estos casos.
Si se sigue el rastro de baldosas amarillas de la productora escogida se llega a un paraíso audiovisual, veámoslo: aunque Cattleya Producciones -la que compró los derechos de El Italiano- es una empresa española muy nueva, es un esqueje de la veterana Cattleya, una consolidada empresa italiana que, a su vez, está en el organigrama corporativo del coloso audiovisual británico ITV. De Cattleya e ITV han surgido series televisivas del calibre de El guardaespaldas o Romanzo Criminale entre otras.
Las obras de ITV o Cattleya no tienen ni el exagerado ritmo narrativo de las series o películas norteamericanas ni su fantasiosa estética. Eso aleja, al menos en teoría, el mal trago de ver en la futura serie maiales maniobrando en la Bahía de Algeciras como si de cazas de Star Wars se trataran. Eso no ocurrió en la novela ni esperamos ocurra en la futura ficción.
Ampliemos el último punto por ser el tema sobre el que hemos recibido más comentarios.
Exposición de un servidor en San Roque de Cádiz
Tal y como expuse en mis ensayos, en episodios de este pódcast, en conferencias y en entrevistas, los incursores italianos de la Segunda Guerra Mundial tenían tres modos de ataque: el primero era ultrarrápido y trepidante; el segundo era suave y parsimonioso y el tercero era extremadamente lento.
Los rápidos se llevaban a cabo con lanchas torpederas y motobarcas explosivas. Los lentos se realizaban con maiales y los ultralentos con nadadores saboteadores. Mientras algunas lanchas de la X-MAS alcanzaban los 45 nudos, los maiales más desarrollados apenas superaban los tres. Y ni hablar de los nadadores que si bien eran campeones de natación, debían desplazarse de la manera menos conspicua posible para evitar llamar la atención de los vigías. Para acercarse a los barcos de la Royal Navy sin hacerse notar, había que nadar muy despacio.
Los ataques lanzados desde la base secreta del Olterra -amarrado en Algeciras- fueron realizados con maiales. Los sabotajes iniciados desde Villa Carmela -en la costa norte de la bahía- fueron llevados a cabo por nadadores especializados. Eso quiere decir que en la Bahía de Algeciras solo se desarrollaron ataques lentos o ultralentos.
El autor de este podcast con su libro y un maiale en la Base Naval de Tarento
Misiones lentas, sigilosas y extremadamente peligrosas
Aunque peligrosas, las misiones eran lentas y discretas
Eso no quiere decir que en un futuro, cuando la serie nos lleve a bordo de un maiale, nos aburramos viendo a los incursores italianos atravesando la bahía a solo tres nudos. En lo absoluto. Tal y como narró Pérez-Reverte en su novela o Valerio Borghese; Elios Toschi; Gino Birindelli o Durand Della Penne en sus reseñas o yo mismo en mis libros o programas, las misiones submarinas en la Bahía de Algeciras fueron de todo menos soporíferas. Había mil y un obstáculos que franquear y, a veces, decenas de perseguidores a los que dar esquinazo, no tanto con velocidad, sino con buen hacer marinero.
O, mejor dicho, buen hacer saboteador.
Eso sin mencionar que muchos de los equipos usados por esos valientes aún estaban en fase experimental.
Algunos de nosotros crecimos viendo minisubmarinos voladores en TV…
Así que, a todos aquellos que os habéis preocupado imaginando maiales saltando sobre corbetas de la Royal Navy al más puro estilo «Free Willy», os propongo algo: demos el beneficio de la duda. Sobre esa otra duda que campea en los chats privados en relación a que por ser la casa matriz británica los productores tergiversarán las hazañas de los incursores italianos, esperemos que los ochenta años transcurridos hayan apaciguado el irresistible instinto negacionista británico, ese que tanto han padecido naciones como España e Italia. Recordemos que las empresas encargadas de transformar la novela en serie son, precisamente, italianas y españolas.
A partir de ahora publicaremos artículos siguiendo el desarrollo del proyecto. Quién sabe, tal vez organicemos una macroquedada en algún bar con pantalla gigante para ver el estreno de la serie de televisión «El italiano», ¿qué os parece?, ¿os apuntáis?
* * *
Post data.
¿Os apetece saber más al respecto? Aquí tenéis enlaces a trabajos propios y ajenos:
El italiano (Novela de Arturo Pérez-Reverte – enlace AQUÍ)
Los raids de la Xª Flotilla MAS (Ensayo de un servidor – enlace AQUÍ)
La casa andaluza y los espías italianos (Zafarrancho Pódcast – enlace AQUÍ)
Los mejores en lo suyo (Zafarracho Pódcast – enlace AQUÍ)
Motor y al Aire 02 – La Batalla de Malta en la Segunda Guerra Mundial (enlace AQUÍ)
DECIMA FLOTTIGLIA MAS. El ataque al puerto de Malta – Bellumartis You Tube (enlace AQUÍ)
La Xª Flottiglia MAS vs la ROYAL NAVY en Alejandría (19/12/1940) – Trufault You Tube (enlace AQUÍ)
Nota: Si colocáis en el buscador de este blog palabras como décima, MAS, Gibraltar, Flotilla, etc, aparecerán decenas de artículos publicados durante estos más de diez años de Zafarrancho Pódcast.
Aunque es un objeto inanimado, la casa sobre la que gravita este episodio se convirtió en el décimo quinto miembro de un grupo muy particular: los saboteadores italianos infiltrados en el Campo de Gibraltar. Gente que hizo tan bien su trabajo que Gran Bretaña solo supo de su existencia cuando ellos mismo contaron sus aventuras a guerra finalizada.
Desde esta modesta villa de campo se urdieron y ejecutaron algunos de los ataques más espectaculares de la Segunda Guerra Mundial, llevados a cabo con una técnica novedosa: nadadores saboteadores dotados con equipos de alta tecnología nunca antes vistos, inventados para la ocasión por la prolífica Décima Flotilla MAS.
Queréis conocer en detalle una azarosa, compleja y -en ocasiones- divertida historia de espionaje y sabotaje?
Entonces… escuchad el episodio. En el audio encontraréis -como ocurre en todo zafarrancho- una minuciosa puesta en contexto, explicación de equipos y tácticas y la narración detallada de las incursiones. También está -como anexo- un cuadernillo de viajes en el que el autor cuenta su participación en las «Jornadas de historia y literatura – Siguiendo el rastro a espías, buzos y nazis en el Campo de Gibraltar», un evento de tres días organizado por el ayuntamiento de San Roque de Cádiz.
Zafarrancho Podcast se publica bajo licencia Creative Commons 3.0 atribución compartir igual. La música que abre el episodio es del grupo Macouno y se titula Nomad. Esas piezas y los clips están amparados por los acuerdos entre la sociedad gestora de los derechos y la plataforma donde se publica el programa.
Tal y como expusimos en nuestro episodio La casa andaluza y los espías italianos (disponible para su escucha AQUÍ), en Villa Carmela -una de las dos bases secretas de la Regia Marina en la bahía de Algeciras- la Décima Flotilla MAS probó una nueva táctica de ataque furtivo: nadadores saboteadores, gente entrenada para acercarse surcando la superficie del mar sin ser detectados.
Uomini gammaPilotos de maiales
Para ello contaban con equipos de última generación, inventados por y para ellos y tan avanzados que ninguna otra marina de la Segunda Guerra los tenía. La clave de este vanguardista modo de ataque estaba tanto en el nado como en la equipación.
En cuanto al nado se refiere, la Xma Flotilla MAS desarrolló una técnica que permitía al comando moverse a ras del agua con solo la cabeza fuera pero sin romper la superficie, ni generar espuma ni hacer ruido. Una vez alcanzado el blanco -un buque mercante- el nadador usaba un autorrespirador similar al usado por los pilotos de los maiales -los microsubmarinos de ataque italianos- pero más compacto. Gracias al autorrespirador el «uomo gamma» bajaba hasta la quilla del buque y colocaba una de las tres bombas lapa submarinas que colgaban de su cintura.
Aunque pertenecientes a la Xma Flotilla MAS, los buzos que pilotaban los maiales y los nadadores que colocaban bombas a nado sus equipaciones tenían importantes diferencias a saber:
Los trajes de goma de los uomini gamma eran más ligeros y flexibles ya que debían favorecer el movimiento. Los trajes de los pilotos de maiales eran más gruesos ya que ellos se desplazaban a lomos de su torpedo.
Los autorrespiradores de los uomini gamma eran más compactos y con mucha menos autonomía (40 minutos). Los pilotos de maiales podían llevar un autorrespirador más grande por la misma razón esgrimida en el punto anterior: ellos no nadaban, eran transportados por el aparato.
Los hombres gamma no usaban careta. La primera fase de su ataque exigía nadar en superficie con la cabeza fuera del agua. De llevar gafas un reflejo en los cristales podía delatar su presencia.
Los pilotos de maiale usaban botas mientras que los hombres gamma llevaban aletas, fabricadas ad hoc para su misión.
A la izquierda la bomba lapa usada en España. La otra es el modelo evolucionado
El resto de al equipación de los hombres gamma consistía en: una red sobre la cabeza para enganchar algas; reloj y brújula de muñeca marca Panerai (igual a los que usaban los pilotos de maiales); cuchillo al cinto y, por último, tres bombas lapa submarinas.
El velo que durante la posguerra cubrió la actuación italiana durante la Segunda Guerra Mundial también ocultó los ataques emprendidos por la Xma Flotilla MAS. Sus acciones solo eran estudiadas por entendidos como los exintegrantes de la Décima; historiadores tales como Luis de la Sierra o por los cadetes de su Escuela Naval, tal y como ocurrió con quien suscribe cuando se formó en esa institución en los años ochenta.
El sano revisionismo histórico emprendido en Italia y en el mundo iniciado a finales del siglo XX ha corrido el velo, ofreciendo una visión menos sesgada de este asunto. Gracias a ello ya no solo se comentan las derrotas italianas, también sus victorias, como las alcanzadas por la Xma Flotilla MAS en la Bahía de Algeciras.
Pero esos éxitos no solo involucraban a los que luchaban en primera línea. Esos incursores -tanto los pilotos de maiales como los hombres gamma- eran la punta de un iceberg que, si bien no era grande, estaba muy bien organizado.
Ramognino y Giari, uno de los hombres gamma
Si algo hizo notables las dos acciones de la Regia Marina en la Bahía de Algeciras fue su secretismo. Los británicos sufrieron ataques desde dos bases que operaron sin nunca ser descubiertas. Los italianos las abrieron, usaron y desmantelaron bajo las narices de la Royal Navy sin que supieran de su existencia. De una de ellas -el Olterra- se enteraron cuando los italianos les informaron tras la rendición. La otra -Villa Carmela- la descubrieron cuando Junio Valerio Borghese -y otros excombatientes- las incluyeron en sus memorias, publicadas durante la posguerra. Esas informaciones revelaron que Antonio Ramognino fue la persona que -tras realizar una inspección en el Campo de Gibraltar- propuso que Villa Carmela y el petrolero Olterra fungieran como bases avanzadas de la Xma Flotilla MAS. El cuartel general no solo aceptó su propuesta, sino que lo envió de nuevo a España para que organizara su puesta en marcha.
Ramognino fue apoyado por el almirante Bona -agregado naval en Madrid- y Giulio Pistono, agente encubierto en Algeciras
Para conocer porqué la Xma Flotilla MAS decidió crear esas bases secretas y cómo las creó y finalmente cómo operó una de ellas -Villa Carmela- escuchad nuestro episodio titulado La casa andaluza y los espías italianos, disponible para su escucha y/o descarga gratuita pinchando el botón correspondiente. Y si deseas ser avisado de nuestras publicaciones -libros o pódcast-, suscríbete a nuestra lista de distribución. No recibirás muchos correos ya que publicamos pocas veces al año.
En la nota anterior mencionamos que el éxito de la Xma MAS fue el resultado del trabajo conjunto de un -no muy numeroso- grupo de personas. Así como los accidentes ocurren por una desafortunada cadena de eventos consecutivos, el desarrollo de las tácticas y equipos de este grupo se dio gracias a una afortunada concatenación de acciones, respaldadas por acertadas decisiones, esto último algo que no ocurría muy a menudo en la Regia Marina.
Entre las muchas exigencias que los combatientes de primera línea de la Xma MAS necesitaban estaba el estar, nadar y respirar bajo el agua, algo que a mediados de los años treinta era muy difícil de realizar con seguridad y relativa comodidad. Esta necesidad fue resuelta por el trabajo del Ángelo Belloni, complementado más tarde por el de Eugenio Wolk. Fue gracias a ellos que los incursores italianos dispusieron de un autorrespirador confiable y con gran autonomía, trajes de goma estancos, caretas, aletas y, en el caso de los hombres gamma de Eugenio Wolk, de procedimientos en el campo de batalla.
Cuando a finales de 1941 la Xma MAS necesitó atacar barcos mercantes enemigos usando hombres que se desplazaran en el agua con sus propios medios, Eugenio Wolk propuso cambiar los caminantes submarinos de Belloni por nadadores. Este cambio dio como resultado la aparición de los uomini gamma, los primeros nadadores saboteadores autónomos de la historia.
Encontraréis los detalles de esta interesante evolución en nuestro episodio La casa andaluza y los espías italianos, disponible para su escucha y/o descarga gratuita AQUÍ.
¿Cómo terminó un ingeniero que fabricaba aviones como agente encubierto de la Décima MAS en Algeciras?
Esa apasionante -y en ocasiones divertida- historia la descubriréis en nuestro episodio titulado «La casa andaluza y los espías italianos».
Lo que sí diremos es que Antonio Ramognino -el ingeniero en cuestión- terminó siendo enrolado en el grupo de combate furtivo de la Regia Marina no por su arrojo como guerrero, sino por su sapiencia.
Antonio Ramognino y sus «batelli R»
Ramognino fue el creador de un transportador de saboteadores ultradiscreto, el precursor de los actuales Diver Propulsion Devices existentes en todos los grupos de operaciones especiales del mundo. Encontraréis los detalles técnicos en nuestro episodio, disponible para su escucha y/o descarga gratuita AQUÍ.
Y si lo habéis escuchado y estáis buscando los aparatos mencionados en el audio, aquí están, incluyendo una comparación con el Stidd DPD, usado en 30 marinas del mundo. En la italiana no, porque ellos siguen fabricándose sus propios gadgets, siguiendo la tradición iniciada en 1935.
El vano del motor eléctrico estaba insonorizadoConstruidas en aleación aeronáuticaA popa la bañera para el piloto-buceadorHélice protegidaLas bolsas inflables estaban a los costadosLas primeras canoas autopropulsadas entregadas a la Regia Marina
El «batello R», además de tener un perfil bajísimo, ser ultrasilencioso y de llevar cinco bombas lapa para adosar a los cascos de los buques, era capaz de navegar semisumergido o en superficie. El piloto era un hombre gamma.
Planos del «batello R»
Y como lo prometido es deuda, he aquí el Stidd DPD (tomado de HI Sutton):
En 2021 la novela de Arturo Pérez-Reverte El italiano puso en primera plana las acciones de sabotaje submarino que los italianos llevaron a cabo desde Algeciras, misiones que tenían como punto de origen un pequeño y destartalado petrolero llamado Olterra, confinado en el puerto español en virtud de las leyes internacionales de la época, que obligaban a detener a cualquier barco de las potencias participantes en la Segunda Guerra Mundial.
A finales de 1941 la mejora de las defensas portuarias británicas impidió a la Xma Flotilla MAS transportar a sus saboteadores en submarinos para dejarlos cerca del enemigo. Para seguir hostigando a la Royal Navy Junio Valerio Borghese y su equipo decidieron crear bases secretas cerca de sus refugios. Dos de ellas fueron instaladas en territorio español, una en una casa de campo cerca de La Línea de la Concepción y otra en el interior del petrolero antes mencionado. En nuestro episodio titulado La casa andaluza y los espías italianos (disponible EN ESTE ENLACE) encontraréis detalles de cómo fueron creadas esas bases. Ochenta años más tarde un servidor fue invitado a participar en unas jornadas histórico-literarias. Una vez finalizada mi exposición Ismael Ruíz Calvente -el presidente de la Asociación cultural ruta de los búnkers- me mostró una imagen INÉDITA del Olterra, que tiene como origen una instantánea del puerto cargada en el grupo de Facebook Historia de Algeciras en imágenes (enlace AQUÍ) por el señor Rafael Fernández García. Días más tarde, cuando Ismael la vio, reconoció la silueta del Olterra, detrás de los soldados españoles situados en primer plano.
Petrolero Olterra – Foto inédita – Historia de Algeciras (FB)
¡Enhorabuena a los señores Ruíz y Fernández por tan importante aporte!
Cuando los agentes encubiertos enviados por la Xma Flotilla MAS recorrieron el Campo de Gibraltar en busca de emplazamientos para crear bases desde las cuales atacar a la Royal Navy en Gibraltar, tomaron muchas fotos. Décadas después esas imágenes nos permiten ver la comarca tal y como ellos la vieron esos días. Un especialísimo modo de viajar atrás en el tiempo.
Queremos dar las gracias al director del Archivo Histórico de la Marina Militare, capitán de navío Gianluca De Meis -compañero de curso de quien suscribe- por enviar este material con el que pudimos armar una ponencia en las Primeras Jornadas de Historia y Literatura organizadas por el ayuntamiento de San Roque de Cádiz y, más tarde, nuestro episodio titulado La casa andaluza y los espías italianos, disponible para su escucha y/o descarga gratuita haciendo clic AQUÍ.
A continuación esas imágenes. Haz clic para agrandar.
Puente Mayorga en 1942Casas de Puente MayorgaPlaza de Puente MayorgaCruzando el Guadarranque en barcazaCampo, bahía y barcos. Al fondo, ÁfricaEstación de tren entre San Roque y AlgecirasAlgeciras, pesqueros frente al OlterraVecinos filobritánicos de Puente MayorgaLos amiguitos de Antonio y Conchita
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