En 1864, en el marco de la Guerra de Secesión norteamericana, un contingente de soldados unionistas destruyó un fortín en las trincheras confederadas excavando un túnel y colocando a 15 metros bajo sus pies una enorme bomba. Este fue el tema central de nuestro episodio titulado «La batalla de la gran explosión» (disponible para su escucha gratuita haciendo clic AQUÍ).
Muchas de las crónicas la catalogan como la explosión más grande hasta ese momento. Al verificar el asunto encontramos que, si bien había sido monstruosa, la humanidad ya había padecido otras iguales o hasta peores, zambombazos de órdago que decidimos incluir en una de las secciones del episodio.
Algunos de los estallidos reseñados en el programa son:
El ataque con barcos-bomba contra el Puente Farnesio, llevado a cabo en la noche entre el 4 y el 5 de abril de 1585. La explosión, que rompió parte del puente con el que Alejandro Farnesio había sitiado la ciudad de Amberes, fue escuchada a diez kilómetros a la redonda.
La tragedia de Beijing de 1626 fue atribuida, en un principio, al estallido de una fábrica de pólvora y un depósito de municiones. Pero hoy día se cree que la destrucción absoluta de siete kilómetros cuadrados de la ciudad se debió al la desintegración a baja altura de un meteorito.
Si bien no fue de las más grandes, la explosión que en 1687 destruyó el Partenón evitó que el monumento llegara intacto hasta nuestros días. La tragedia se debió a la voladura de un depósito de pólvora que los otomanos habían instalado dentro.
El episodio también incluyó dos enormes bombazos los cuales, siendo precisos, fueron dos ristras de explosiones coordinadas. Ambas ocurrieron al inicio de sendas batallas de la Primera Guerra Mundial: la del Somme (1916) y la de Messines (1917). Y en las dos ocasiones los británicos excavaron 19 túneles para plantar bajo las trincheras alemanas igual número de bombas. La detonación simultánea de las cargas de Messines pasó a la historia como uno de los estallidos ofensivos -no nucleares- más grandes de todos los tiempos.
Si bien no fue una respuesta directa al zambombazo de la Batalla de Somme, la gran explosión urdida por Alemania en contra de sus enemigos franco-británicos ocurrió en suelo estadounidense. El sabotaje de un (o varios) espía a un centro de distribución de explosivos y municiones destinados a Europa de New Yersey provocó su completa destrucción. Amén de los cuatro muertos y la pérdida de los depósitos y la mercancía, la metralla que voló afectó a la cercana Estatua de la Libertad.
Encontraréis explicaciones detalladas de estas y otras explosiones en nuestro episodio dedicado a la Batalla del Cráter, disponible para su escucha y/o descarga gratuita haciendo clic AQUÍ. También podéis probar activando el siguiente reproductor: