La Guerra de Secesión norteamericana tuvo dos tipos de teatros de operaciones: los móviles y los estáticos. La primera mitad del conflicto se caracterizó por idas y venidas de los dos bandos. Para la segunda mitad los ejércitos se movieron menos llegando, inclusive, a permanecer durante meses en un mismo lugar, como ocurrió al sureste de Petersburg y Richmond, la capital de la Confederación.
Tras una larga y fallida campaña del norte para tratar de conquistar la capital confederada, a mediados de 1864 el Ejército del Potomac (unionista) y el Ejército del Norte de Virginia (confederado) se hicieron fuertes el uno frente al otro a lo largo de siete kilómetros de trincheras, siendo las del Sur las más desarrolladas y difíciles de expugnar.
Para tratar de romper el cerco defensivo de Petersburg -la antesala de Richmond- los soldados del XLVIII Regimiento de Voluntarios de Pensilvania -que eran mineros antes de la guerra- sugirieron excavar un túnel hasta las trincheras confederadas para plantar una bomba y abrir una brecha que permitiera a los unionistas romper el statu quo. En nuestro programa titulado «La batalla de la gran explosión» encontraréis la reseña de esta acción, con una puesta en contexto múltiple que os dejará muy satisfechos, siempre que estéis buscando un análisis pormenorizado de los eventos, claro.
A continuación presentamos una serie de imágenes de soporte para aquellos que hayan escuchado el programa:
La imagen superior muestra la situación táctica. El óvalo representa el »Fuerte Elliot», el objetivo de la voladura unionista. La línea roja representa las trincheras confederadas y la azul las unionistas.
Tres vistas de las trincheras. A la derecha las sureñas, al pincharlas obtendréis ampliaciones.
Entrada, sección transversal e interior del túnel.
Los 160 metros de túnel fueron excavados en ángulo ascendente, porque el bastión a destruir se encontraba colina arriba. Uno de los factores de éxito lo constituyó el ingenioso sistema de ventilación por convección que limitó a uno el número de ductos verticales, tal y como explicamos en el episodio.
Soldados mineros excavando o acarreando las casi cuatro toneladas de pólvora al final del túnel.
Explosión representada en un grabado de la época. A la derecha un esquema del final del túnel con el perímetro del cráter. El dibujo incluye un corte transversal. Al pincharlo se verá más grande.
Aquí se aprecia una foto del cráter a los pocos días de librada la batalla, un grabado del campamento que los confederados levantaron tras conquistar la hondonada y, abajo, una vista panorámica del cráter visto desde la retaguardia unionista.
El campo de batalla quedó preservado para la posteridad bajo la figura de parque de interés histórico.
Si habéis aterrizado por casualidad en este blog y sentís curiosidad por lo expuesto en este artículo, os sugerimos escuchar «La batalla de la gran explosión» disponible para su descarga gratuita haciendo clic AQUÍ. También podéis escucharlo activando el siguiente reproductor: