Las divisiones y polarizaciones no son un asunto nuevo. Aún antes de nacer como país los promotores de la unificación italiana discrepaban en muchos aspectos, incluyendo el más importante de todos: el tipo de Estado.
Las cuatro tendencias eran:
– Italia republicana y centralizada.
– Italia republicana y federal. En este grupo había tendencias, algunos querían una Italia al estilo Suiza o Estados Unidos y otros una confederación de estados independientes unidos por el nexo común de la italianidad, un poco como nuestra actual Unión Europea.
– Italia monárquica y centralizada. La monarquía debía ser constitucional, no absolutista como las precedentes, con un Congreso que gobernara el país formado por diputados elegidos democráticamente.
– Italia monárquica y federal.
La historiografía italiana considera a las dos primeras como la izquierda histórica y a las dos siguientes como derecha histórica. No eran partidos políticos, sino tendencias con las que se identificaban los que hacían vida política.

El revolucionario Garibaldi y el conservador Cavour
El tipo de estado que finalmente prevaleció fue el monárquico centralizado, que existió hasta 1946, año en el que Italia decidió transformarse en un estado republicano y centralizado, consecuencia directa de su desempeño en la Segunda Guerra Mundial.
Para saber más de la unificación italiana os invitamos a escuchar nuestro episodio titulado Italianidad, Resurgimiento y Guerras de Independencia, disponible para su descarga y/o escucha gratuita haciendo clic AQUÍ. Por otra parte, si deseáis conocer como ese reino murió, escuchad El hundimiento del acorazado Roma, disponible AQUÍ.