Los clamorosos éxitos militares no recaen en los hombros de una sola persona. Son el resultado de la suma de muchos esfuerzos, algunos de ellos imprescindibles.

Antonio y Conchita, exitosos espías de fortuna
La eficiente base secreta de Villa Carmela no habría podido existir sin el aporte de la esposa de Antonio Ramogino. La excusa del delicado estado de salud físico y mental de Conchita fue el as bajo la manga con la que la Xma Flotilla MAS le ganó esa partida a la Royal Navy.
La señora Peris no solo hizo su papel de compungida joven que necesitaba sol y reposo al sur de España, también ayudó a su marido en la búsqueda de un emplazamiento para atacar Gibraltar; alquilar Villa Carmela; prepararla para espiar el Peñón desde lejos; recibir y esconder la equipación de los doce saboteadores; alimentarlos durante sus dos estadías y, al final, eliminar las incriminatorias pruebas de la misión, asunto que incluyó una peligrosa salida nocturna para deshacerse de dos bombas lapas defectuosas, asuntos narrados con lujo de detalles en nuestro episodio La casa andaluza y los espías italianos, disponible para su escucha y/o descarga gratuita pinchando este enlace.
Si ya oíste el episodio y estás buscando imágenes de esa audaz joven española, helas a continuación:

Conchita riendo ante un albergue de carretera cuando un funcionario consular le explica que la MI no significa Milán, sino «Misión Italiana». Ramognino bromea diciendo que lo menos que necesitan para atravesar España de incógnito es un coche con matrícula del cuerpo diplomático…

Una de las dos más famosas fotos de Conchita. Como siempre y para beneficio de la misión, ella aparecía a un lado pare dejar en el centro el lugar espiado

Otra icónica imagen la muestra oteando el arroyo Cachón, usado por los hombres gamma para alcanzar el mar

El coche que tuvieron en Villa Carmela fue indispensable para el transporte de los equipos para los hombres gamma. La pareja tuvo muchos problemas para hacerlo funcionar

Conchita en la playa de Puente Mayorga observa la Bahía de Algeciras pocos días antes del primer ataque