Atacar con espolón en el combate naval quiere decir embestir otro barco con la proa del propio, para agujerear su casco usando el espolón, un apéndice metálico longitudinal colocado en la proa bajo la línea de flotación.
Embestir con el espolón fue la táctica principal de la guerra naval en los tiempos antiguos. Durante la hegemonía de la navegación a vela el espolón cayó en desuso hasta que la llegada de la propulsión a vapor la volvió a poner en boga.
El ataque con espolón requería una gran pericia no solo por las maniobras evasivas del objetivo, sino porque si se realizaba a gran velocidad se corría el riesgo de destruir la propia nave. Por ese motivo el comandante ordenaba, a último momento, dar marcha atrás para disminuir la velocidad para que fuera solo el espolón y no toda la proa el que terminara clavado en el costado del barco enemigo.
Sin contar las muchas embestidas de la antigüedad, en la época de la propulsión mecánica este tipo de ataque se concentró, sobre todo, en la Guerra de Secesión norteamericana, con numerosos ataques en particular durante batallas fluviales. Una notable embestida fue aquella del buque blindado confederado CSS Virginia contra la fragata a vela unionista USS Cumerland durante el intento de ruptura del bloqueo naval norteño en Hampton Roads, ocurrido el 8 de marzo de 1862.
La facilidad con la que el Virginia hundió a la Cumberland creó un nuevo modelo de barco: el buque ariete, un barco a vapor blindado dotado de un espolón muy robusto, cuyo único propósito era el de chocar barcos enemigos. El primer barco de este tipo fue el francés Taureau, seguido por modelos mejorados en todas las marinas. Sus cascos parecían enormes puñales flotantes que rara vez dejaban el puerto, ya que su rol era el de defensa costera.
A pesar de que el espolón naval siguió instalado en los buques que lucharon en la Primera Guerra Mundial, la notable mejora de la artillería volvió obsoleta la táctica de embestir otras naves. El último ataque efectivo con esta arma ocurrió en la Batalla de Lissa, cuando el Erzherzog Ferdinand Max, embistió y hundió al Re d´Italia. Ambos eran buques de madera con blindaje metálico y propulsión a vapor.
En nuestro episodio titulado Italianidad, Resurgimiento y Guerras de Independencia, encontraréis más información sobre la Batalla Naval de Lissa, la acción más conocida de la Tercera Guerra de Independencia. Podéis escucharlo gratuitamente haciendo clic AQUÍ.
El hecho de que el espolón desapareciera como arma no significó que la táctica de embestir no se siguiera usando para destruir a un adversario. En la Segunda Guerra Mundial muchos escoltas navales la utilizaron para destruir submarinos, aprovechando la relativa fragilidad de esas naves en relación con la gran masa de un barco.
Cerraremos esta entrada con una famosa escena de la película Ben Hur, con una batalla naval en la que se aprecian varias embestidas con espolón: