Entre los ejemplos prácticos escogidos para ilustrar la eficiencia de los misiles en nuestro episodio titulado «Torpedeando que es gerundio» destacan cuatro, el último de ellos vivido en persona por el autor de este blog y pódcast.
Los misilazos son:
- El que dos lanchas tipo Komar efectuaron contra el destructor israelí Eliat. Tiene la particularidad que, amén de haber sido el primer ataque efectivo de un misil antibarco moderno, no fue hecho con un solo cohete, sino con cuatro. Y tres impactaron de lleno contra la nave. La cuarta erró el tiro pero por muy poco. El ataque fue realizado desde el interior de un puerto y a una distancia grande para la época, unas 17 millas.
- El que un grupo de inteligentes y mañosos técnicos navales argentinos efectuaron contra el destructor británico HMS Glamorgan. La maniobra evasiva de último momento provocó que el cohete entrara casi de popa, estrellándose contra el no vital hangar y provocando un incendio en la cocina, que estaba en la cubierta inferior.
- El que rebeldes yemeníes consiguieron contra el catamarán de los Emiratos Árabes Unidos l 1º de octubre de 2016. Cuatro días después repitieron el ataque contra el USS Ponce, pero el misil fue derribado por los misiles antiaéreos del destructor USS Mason.
- El que el autor -como miembro de la dotación de una fragata- realizó contra un dron norteamericano durante unas maniobras internacionales. El lanzamiento y derribo fue hecho contra todo pronóstico y sorteando un sinfín de obstáculos. Podréis escuchar la narración de este difícil y atribulado lanzamiento en la adenda de nuestro episodio titulado «Teledestruyendo a los teledestructores», disponible para su escucha y/o descarga gratuida haciendo clic AQUÍ.
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