Como bien saben muchos de los oyentes de Zafarrancho Pódcast, el autor de este blog -y programa de historia- se formó como oficial en la Accademia Navale di Livorno, de la Marina Militare italiana. Pero eso ocurrió después de terminar su primer año en la Escuela Naval de Venezuela. Su buen desempeño al finalizar ese período lo hizo acreedor de una beca de estudios en el extranjero, en un país del primer mundo, como se le decía a los países desarrollados a principios de los ochenta.
En esos años ambas instituciones eran punteras en sus respectivas regiones. La venezolana recibía estudiantes extranjeros de países latinoamericanos. Y la italiana de muchos países en desarrollo tales como Bangladesh; Argelia; Irak y Venezuela.
Si bien con estilos muy distintos, ambas escuelas aportaron mucho a quien escribe estas líneas. Una formación maravillosa, un tesoro técnico y cultural como pocos. A continuación algunas imágenes de ambas alma maters.
Patio y mástil enterrado para practicar Patio y velero enterrado para practicar
Cadetes venezolanos en el patio de honor Cadetes italianos en el patio de honor