Tal día como hoy, hace doscientos años, ocurrió el evento que se convirtió en uno de los más importantes mitos fundacionales de Venezuela: la Batalla de Carabobo.
Fotogramas de «Carabobo, caminos de libertad»
Con mito fundacional no queremos decir que esa batalla no haya existido, recurrimos a ese término porque consideramos que su relato, salvo rarísimas excepciones, se eleva a niveles de gesta homérica, tal y como demuestran las palabras de apertura del tráiler de una serie estrenada para la ocasión y con las que Simón Bolívar arenga a sus hombres antes de la batalla:
«Este es el ejército más grande y más hermoso que ha hecho armas en un campo de batalla»
La mitificación de todo lo relacionado con la lucha independentista imprime a sus acciones una pátina de heroicidad sobrenatural, con triunfos obtenidos contra todo pronóstico. Cualquier estudio o escrito que haga referencia a hechos que favorecieran la victoria ajenos al arrojo, valor y buen combatir de los soldados locales era -y aún es- dura y amargamente rebatido. De ahí que nos sorprenda encontrar en un texto publicado en la web del Ministerio del Poder Popular del gobierno venezolano un epígrafe titulado «La suerte acompaña» y que reproducimos como anexo al final de este escrito.
El texto en cuestión reconoce que el triunfo patriota en la Batalla de Carabobo se vio muy favorecido por sucesos ajenos a Venezuela y que, resumidos, fueron:
- El último envío de tropas de la península se remontaba a 1815, es decir, a seis años antes.
- La lucha entre liberalismo y absolutismo en España frustró el envío -en 1820- de un nuevo gran contingente de tropas, ejército que mucho habría influido en los acontecimientos de la segunda década de guerra.
- La falta de refuerzos obligó a acordar una tregua de seis meses, período que ambos bandos aprovecharon para reorganizarse, siendo mejor aprovechado por Bolívar, cuya estrategia se basaba en obligar al enemigo a enfrentarse en una única y definitiva batalla.
«Nuestra causa se ha decidido en el tribunal de Quiroga»
Simón Bolívar
Es pues que, finalizada la tregua y abandonado a su suerte por una metrópoli sumida en luchas intestinas, Miguel de la Torre debió enfrentarse a Simón Bolívar en esa para él nada conveniente combate definitivo.
Si bien contaban con fuerzas superiores, a los patriotas no les fue nada fácil obtener la victoria.
Planificada por Bolívar como una acción de pinza con un ataque frontal de distracción complementada por una maniobra de flanqueo para atrapar a los realistas en un fuego cruzado, durante su ejecución no pocas fueron las veces en las que los soldados y jinetes que rodeaban a los realistas fueron rechazados, dejando muchos muertos y heridos en el terreno. Solo la tozuda resistencia de un grupo expedicionario británico permitió que los jinetes criollos se reagruparan y se lanzaran a la carga.
El ataque frontal de infantería y la embestida lateral de caballería sellaron la victoria, obligando a Miguel de la Torre a retirarse hacia el norte, en dirección a la costa.
A partir de ahí se sucedieron las otras importantes batallas definitivas de Pichincha -24 de mayo de 1822-; Junín -6 de agosto de 1824- y Ayacucho -9 de diciembre de 1824- que consolidaron las independencias de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.
Los doscientos años de la Batalla de Carabobo han sido muy recordados en Venezuela, una efeméride que materializó un segundo monumento conmemorativo, el del bicentenario, erigido frente al primero, construido hace un siglo. La enorme escultura simboliza el sable de Simón Bolívar rodeado por las lanzas de los soldados que lo acompañaron. Las peculiares interpretaciones sobre esta estructura -y sus polémicas asociadas- no serán comentadas en este artículo.
Anexo
A continuación el artículo «Carabobo finalizó la guerra en Venezuela», del 24 de junio de 2014 (Web del Ministerio del Poder Popular de Venezuela – original AQUÍ):
La suerte le acomapaña
España se estaba preparando para enviar un fuerte contingente hacia América, en refuerzo a los llegados en 1815 con el general Pablo Morillo. Pero dentro de ese ejército existía un fuerte partido que se inclinaba por la Constitución de Cádiz, lo cual degeneró en la rebelión del general Rafael del Riego y del coronel Antonio Quiroga en 1820.
Este movimiento impidió el embarque de las nuevas tropas reales logrando la imposición de la constitución de Cádiz por parte de Fernando VII, quien inmediatamente giró instrucciones para que Pablo Morillo iniciara conversaciones de paz y el cese de las confrontaciones. Bolívar dijo en carta a Santander, al conocer la noticia: “Nuestra causa se ha decido en el tribunal de Quiroga».
Estas palabras también fueron proféticas. Desde ese momento la situación de la guerra en Venezuela fue otra, favorable a la causa de los patriotas.
Oficiales y soldados realistas se sintieron abandonados por el rey español y los criollos que militaban en su bando comenzaron a pasarse en masa al ejército patriota. Se dio la entrevista entre Pablo Morillo y Simón Bolívar, firmándose un armisticio y un tratado de regulación de la Guerra, con el cual se daba fin a la guerra a muerte, en un acuerdo humanitario que tomó en consideración los derechos de quienes participaban.
La paralización de las hostilidades sirvió a Bolívar para reorganizar su ejército y para preparar una batalla que diera fin a la contienda. En primer lugar, apoyó el pronunciamiento de Maracaibo a favor de la causa patriota y, luego, planificó una estrategia para evitar la unión de los realistas.
Nota: en la frase «el juicio de Quiroga» Simón Bolívar hace referencia a Antonio Quiroga y Hermida, el oficial de más alto rango que apoyó el levantamiento liberal de Rafael del Riego asunto que, entre otras cosas, frustró el envío de la expedición militar con la que Fernando VII pretendía sofocar las revoluciones independentistas sudamericanas (Ver nota 80 de una carta de Bolívar archivada en este enlace de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes).
Enlaces de interés:
Caminos de libertad – Serie de TV (2021), Enlace AQUÍ.
Inauguración monumento por bicentenario Batalla de Carabobo. Enlace AQUÍ.
A 200 años de Carabobo, por Laureano Márquez, humorista y politólogo. Enlace AQUÍ.
Polémica sobre el bicentenario de la Batalla de Carabobo. (Enlace AQUÍ).
Nota 2: en uno de los comentarios uno de nuestros lectores diserta sobre la bandera española que aparece en el fotograma al comienzo de este artículo. Podéis leer la intervención haciendo clic AQUÍ. Pedro San Miguel nos pone en autos sobre la bandera que enarbolaban las tropas realistas en 1821. Y como no le fue posible insertarla en el comentario, lo hacemos por él:
Buen día estimado Esteban Daniel, muy bueno tu escrito, como siempre.
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¡Gracias colega!
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Buen día estimado Esteban Daniel, muy bueno tu escrito, como siempre.
Respecto al Armisticio y Tratado de Regularización de la Guerra, firmado en Santa Ana en noviembre de 1820 entre Bolívar y Morillo, fue escrito por el Mariscal Sucre, y es considerado en primer documento de derecho positivo de la guerra, motivo por el cual a Sucre se le considera el padre de Derecho Internacional Humanitario o Derecho de los Conflictos Armados. Hace un par de años se le hizo un homenaje por ello.
Otro punto no menos importante, es que la Batalla de Carabobo no fue la que selló la independencia de Venezuela (La Gran Colombia para la época); la independencia fue sellada en la Batalla Naval del Lago de Maracaibo, de la cual tu sabes mas detalles que yo, y que por motivos de egoísmo histórico y ansias de protagonismo, el Ejército venezolano y sus historiadores han tratado de palidecer en la historia.
Lo mismo pasa con la creación de la Escuela Naval de Venezuela, que fue fundada el 21 de abril de 1811 por el Alférez de Fragata Don Vicente Parrado; y la Academia Militar de Matemáticas aunque fue decretada su creación en 1810, vino a entrar en funcionamiento cierto fue en 1818 (Busca en internet el documento ENTRE EL CLAUSTRO ACADÉMICO Y LA FORMACIÓN EN COMBATE: LA ACADEMIA MILITAR DE MATEMÁTICAS Y EL EJÉRCITO LIBERTADOR DE VENEZUELA (1810-1830).
Pero bueno, eso son discusiones que nos apasionan a los que estamos enamorados de nuestros orígenes profesionales.
Llama la atención el comunicado del Ministerio de la Defensa venezolano, a quienes la grandilocuencia les caracteriza y glorifican más a la suerte en la decisión de la batalla, que a la astucia y el arrojo de los bravos combatientes patriotas.
Saludos.
BZ
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¡Exacto mi estimado Antonio!
Soy consciente de que la última fue la Batalla del Lago de Maracaibo, pero a efectos de esa mitología patria comentada en el artículo, la que rige es la de Carabobo. Mi comparación con Waterloo también, de manera tácita, se basan en ser ambas terrestres.
Y sí, estoy de acuerdo en que estos intercambios alrededor de la historia entretienen.
Un abrazo y gracias por leer y comentar.
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He visto en el cuadro de Martin Tovar sobre la batalla de Carabobo en el Capitolio y por supuesto en todas las películas y series que han hecho sobre Bolívar y Carabobo, o las guerras de independencia en Hispanoamerica, que a las tropas realistas las identifican con la bandera rojigualda cuando eso es un error garrafal por desconocimiento de la historia.
La bandera rojigualda desde que se adoptó en 1785, era una bandera Naval. El ejército la adoptó en 1843, pero antes se eso usaban otra bandera, que era blanca, llevaba la cruz de Borgoña en rojo y el escudo en el medio.
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Interesantísima observación, Pedro.
Supongo que Lamata, el director de la serie de TV, lo hizo para que el público identificara al enemigo porque, de lo que se ve en lo expuesto en su página web, hubo mucho trabajo de investigación. Tiendo a creer que sabían lo de la bandera.
Muchas gracias por el comentario.
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