De los muchos generales -confederados y unionistas- desplegados al sureste de Petersburg, cinco fueron los que estuvieron bajo la lupa en nuestro episodio titulado La batalla de la gran explosión:
Robert E. Lee fue el comandante del Ejército del Norte de Virginia y considerado el más representativo y respetado general confederado. A pesar de ser contrario a la secesión, Lee abandonó el U.S. Army para unirse a las milicias de su estado natal, Virginia, de las que llegó a ser su máximo comandante. Más tarde se convirtió en el líder militar más importante de la Confederación. Su rendición del 9 de abril de 1985 tras la batalla de Appomattox marcó el final de la contienda.
William Mahone. Fue el hombre clave en la victoria confederada porque su oportuna llegada evitó la ruptura del maltrecho frente sureño, golpeado duramente por la explosión de la gran bomba plantada bajo sus trincheras.
Ulysses S. Grant. Tras proporcionar un buen número de victorias al Ejército de la Unión este militar de carrera fue el hombre escogido por el presidente Lincoln para enfrentar al peso pesado de la Confederación, el general Lee. Tras vencer al correoso líder confederado se dedicó a la política obteniendo la presidencia de los Estados Unidos en 1869.
James H. Ledlie y Edward Guerrero. Fueron los comandantes de la primera y segunda oleadas de ataque contra la brecha abierta por la explosión de la bomba colocada por mineros bajo las trincheras confederadas. Estos dos generales pasaron a la historia por haber estado bebiendo en retaguardia mientras sus hombre luchaban y morían. El primero fue expulsado del Ejército de la Unión mientras que el segundo logró esquivar el bulto y finalizar la guerra con las charreteras bien plantadas sobre sus hombros.
Si queréis saber en detalle las obras, milagros y desdichas de estos hombres, os invitamos a escuchar el episodio activando el reproductor situado al final o descargándolo gratuitamente en el siguiente ENLACE.