
Nótese la foto de Omar Muktar que Muamar el Gadafi tiene colgada en el pecho.
Tras décadas y décadas de tirantes relaciones surgidas a raíz de la invasión italiana de Libia de 1911, en 2008 Silvio Berlusconi cerró un acuerdo con el dictador libio Muamar el Gadafi para poner fin a la guerra fría existente entre ambos países.
El gobierno italiano firmó un polémico acuerdo cuya cláusula más controvertida era aquella que obligaba a Italia a aceptar su responsabilidad por la ocupación de ese país entre los años 1911 y 1943. Como compensación Roma debía pagar a Trípoli 5.000 millones de euros, pagaderos no en metálico sino en especias tales como autopistas, carreteras y otras infraestructuras por el estilo.
Lo que en realidad buscaba el gobierno de Berlusconi era obtener trato de favor para las empresas italianas en un momento en el que Libia reestablecía relaciones con Occidente.
Cuando la movida estaba a punto de dar beneficios ocurrió algo que dio al traste con los esfuerzos de Roma: la primavera árabe de 2011. Las revueltas nacidas en Egipto se extendieron a Libia provocando el derrumbe del país, que se convirtió en un estado fallido.
Podréis conocer más al respecto escuchando nuestro episodio titulado Tobruk, el desembarco maldito, disponible para su descarga gratuita AQUÍ.
Si no deseáis descargarlo, podéis escucharlo en este mismo instante activando el siguiente reproductor: