Hoy recibí, enviada desde Panamá, una foto mía.
¿Por qué un asunto tan banal merece una reseña en esta bitácora?
Porque la fotografía en cuestión constituye una de las pocas imágenes que tengo como oficial a bordo. Eso se debe a que, mientras estábamos de servicio, no podíamos estar turisteando , como solía decir uno de los comandantes que tuve. Tampoco valía tomar fotografías a escondidas porque los oficiales, como jefes de departamento o división que éramos, debíamos predicar con el ejemplo. El otro motivo era técnico: los móviles no tenían cámaras es más, no existían teléfonos portátiles. Para fotografiar había que manipular un artilugio conspicuo y adoptar una pose muy reveladora. Y la verdad, jugarse un arresto por algo así no valía la pena.
Por ese motivo la únicas fotografías que tenía eran las publicadas en un folleto del Buque Escuela Simón Bolívar. Pero eso cambió hoy gracias a Raúl Mendoza -a la izquierda-, un compañero de promoción que, como yo, hizo la carrera en otro país. Él estudió en la Escuela Naval Militar de Argentina. Yo lo hice en la Accademia Navale di Livorno. Otros dos compañeros también fueron enviados fuera de Venezuela, uno a Perú y otro a los Estados Unidos, a la Academia de Guardacostas. La idea del Alto Mando era reforzar lazos con otras Marinas e inyectar puntos de vista nuevos a la Armada de Venezuela. Al menos a la de finales del siglo XX porque, a principios del siglo XXI todas las instituciones de Venezuela fueron refundadas, siguiendo a partir de ese momento una senda distinta y desconocida para mí.
Y ese es el motivo de que una fotografía corriente sea digna de una recensión tan amplia. Sobre el lugar y el momento solo puedo especular. Tiendo a creer que fue durante una interesante navegación que hicimos a Macuro, un remoto villorrio conocido por haber sido el lugar en el que Colón pisó tierra venezolana durante su tercer viaje. Fuimos enviados a un sitio tan alejado de la civilización -entre la isla de Trinidad y la desembocadura del río Orinoco- porque teníamos una misión muy delicada: ¡navegar bajo bandera norteamericana!
¡Sí! Por insólito que parezca el Buque Escuela Simón Bolivar arrió el pabellón venezolano e izó el norteamericano. El extraño acontecimiento fue hecho en el marco del rodaje de una película. Durante una semana tuvimos a bordo a una troupe completa de actores y miembros del equipo técnico de una productora de Hollywood. Una experiencia fuera de lo común para los tripulantes…