Tal y como habéis escuchado en nuestro Especial de Halloween de Zafarrancho en Gotas, dedicado a los gatos espías de la CÏA, otros animales también fueron o siguen siendo utilizados para actividades bélicas o conspirativas.
En la Primera y Segunda Guerras Mundiales los alemanes, ayudados por un relojero suizo, construyeron cámaras miniatura para ser transportadas por palomas mensajeras y poder espiar desde el aire al enemigo.
Los más famosos animales de la Segunda Guerra fueron sin duda los perros anti-tanque soviéticos. Los canes, acostumbrados por el condicionamiento de Pavlov a acercarse a los tanques, llevaban adosadas unas alforjas-bombas que al tocar la estructura metálica del vehículo, explotaban. El tanque era destruido. El perro también.
Los otros animales mencionados en nuestro XV episodio de Zafarrancho en Gotas fueron … ¡Murciélagos! Pero no grandes como Batman. No, murcielaguitos pequeñitos que tenían un chalequito incendiario en el pecho. El plan, desarrollado por los norteamericanos entre los años 1942 y 1944, consistía en dispersar miles de roedores voladores a las ciudades japonesas y, una vez escondidos dentro de las frágiles y volátiles casas niponas, incendiar la ropita de bati-kamikaze. En teoría, la ciudad escogida quedaría arrasada. El que decidió arrasar con los cradores de tan ridículo proyecto fue el Jefe de la Armada norteamericana, Ernest King. El Almirante canceló el ridículo proyecto en 1944.
Podéis escuchar sobre esto y sobre el protagonista principal del capítulo, un gato espía, haciendo click AQUÏ.
Gracias por leer esta reseña y si un animal desconocido se acerca arrastrándose debajo de vuestro coche o entra volando a vuestro salón, ¡corred! Por lo que más queráis, ¡corred!