Tal y como reseñamos en nuestro episodio titulado La radio en tiempos de guerra, el gran tirachinas electrónico con el que los británicos lograron hacer llegar sus invisibles dardos envenenados de propaganda radial fue el Aspidistra, un enorme transmisor fabricado por la RCA en los Estados Unidos. Sus 300.000 dólares de precio le parecieron excesivos al gobierno norteamericano que no le daba mucha importancia a las emisiones de guerra psicológica. En cambio los británicos, que ya habían ejecutado con éxito ese tipo de guerra en 1918, se apresuraron a pagar 165.000 libras en efectivo para quitarle el transmisor a los chinos, que querían comparlo.
Gracias a sus 500.000 vatios de potencia (posteriormente elevados a 600.000) el Servicio Secreto Británico logró hacer llegar sus muchos programas falsos al último rincón de Europa, actividad conocida en el medio como propaganda gris y negra. En el carrousel de fotografías de abajo encontraréis imágenes de algunos de los locutores más famosos de la Segunda Guerra Mundial y de como la gente escuchaba, atenta y casi hipotizada, la radio.
Si queréis saber de que se trata ese tipo de guerra psicológica, escuchad o descargad gratuitamente nuestro titulado La radio en tiempo de guerra haciendo clic AQUI.